INJERTADOR
INJERTADOR
El injerto es un método de
propagación vegetativa artificial de las plantas, en el que una porción de
tejido procedente de una planta —la variedad o injerto propiamente dicho— se
une sobre otra ya asentada, de tal modo que el conjunto de ambos crezca como un
solo organismo. El injerto se emplea sobre todo para propagar vegetales leñosos
de uso comercial, sean frutales u ornamentales.1 El injerto se emplea para
permitir el crecimiento de variedades de valor comercial en terrenos o
circunstancias que les son desfavorables, aprovechando la mayor resistencia del
pie usado, o para asegurarse que las características productivas de un ejemplar
se mantienen inalteradas, frente a la dispersión genética que introduce la
reproducción sexual. En el caso de híbridos de número cromosómico impar, que
son estériles por naturaleza, la propagación vegetativa es la única manera de
reproducción posible. Más raramente, el injerto se utiliza para unir más de una
variedad en un mismo patrón, obteniendo así un único ejemplar que produce
frutos o flores de varias características.
Finalidad del injerto
El procedimiento de injerto
puede aplicarse a varios objetivos distintos:
Resistencia
En las especies de interés
comercial, la finalidad más común es la resistencia a enfermedades presentes en
el suelo que imposibilitarían el normal desarrollo de la variedad si ésta se
plantase directamente. De ese modo, el vegetal que podría resultar afectado no
entra realmente en contacto con los patógenos, mientras que el patrón que es
resistente cumple la función de estrato intermedio aislante. En estos casos, el
patrón se reduce por lo común al sistema radical. Las plagas controladas de
este modo suelen ser hongos o nematodos; en el caso de la vid (Vitis vinifera),
por ejemplo, los cultivares europeos producen un fruto de mayor calidad, pero
son sensibles al hemíptero Dactylosphaera vitifoliae, la filoxera, mientras que
los de origen americano son resistentes a éste. La casi totalidad de los
viñedos de la actualidad emplean injertos de los primeros sobre raíz americana
para evitar la afección.
Nutrición
Del mismo modo, los injertos
pueden utilizarse para cultivar variedades con requerimientos relativamente
estrictos en materia de nutrición sobre pies más rústicos. Esta práctica es
generalizada en el caso de los cítricos, en que se utilizan pies capaces de
sobrevivir en suelos pobres —como la naranja espinosa, Poncirus trifoliata, y
la naranja amarga, Citrus x aurantium— para injertar otras especies de mayor
interés comercial.
Reproducción
En el caso de híbridos
obtenidos artificial o naturalmente que poseen características deseables, la
reproducción por injertos es la única manera de obtener ejemplares que las
conserven. Este es el caso de la mayoría de variedades de frutales sin semilla,
que se producen in vitro y se injertan luego sobre pies ya asentados.
Aceleración del ciclo
El uso de injertos permite
acelerar la madurez reproductora de plántulas seleccionadas, aprovechando la
madurez del pie. También permite iniciar nuevas plantaciones injertando ramas
adultas en pies ya establecidos. Las ramas adultas conservan su edad y pueden
producir frutos al año siguiente.
Enanización
El uso de ciertos pies permite
obtener variedades de tamaño reducido, que facilitan la cosecha en el caso de
las especies de valor comercial, o poseen interés como ornamentales. Los pies
enanizantes, o de bajo vigor, permiten tener mayor cantidad de plantas en una
superficie dada sin que la reducción del rendimiento de cada una de ellas sea
proporcional a su reducción de tamaño. De esta manera, se pueden alcanzar
mayores producciones, sobre todo, cuando el enanismo se potencia con la
precocidad.
Comentarios
Publicar un comentario